"Hana"
Desperté con Rafael mirándome y deslizando sus manos suavemente por mi espalda. Abrió esa sonrisa hermosa, entre esas marquitas perfectas, y me dio un beso largo y cariñoso.
—¡Buenos días, mi amor! —Susurró y me arrancó una sonrisa.
—Buenos días, psicópata. —Respondí en tono de broma.
—Eres una mujer de palabra, me agarraste en serio anoche. Pero el problema de que hayas hecho eso es que ahora necesito más. —Me provocó y besó mi cuello, su barba empezando a crecer me hizo cosquillas, esa raspada buena que deja la piel hormigueando y esperando más.
—Eres un pervertido, casi no me dejaste dormir. —Traté de fingir que estaba molesta, pero se rio.
—Tú no eres ninguna santa, mi loca, es bien difícil apagar tu fuego. —Estaba juguetón y empecé a reír, pero la alarma de mi celular sonó y sabía que necesitaba prepararme para el trabajo.
—El problema es que el fuego aún está ardiendo aquí, pero ya no tengo tiempo, necesito ir al trabajo. —Respondí y le di un beso.
—¿No tienes tiem