"Fernando"
Fui directo a la empresa de Alessandro, necesitaba hablar con Catarina y sabía que me estaba esperando.
—Por fin llegaste. —Estaba en la recepción y vino a mi encuentro, jalándome hacia afuera—. Anda, vamos a tomar un café.
Nos sentamos en la pequeña cafetería del otro lado de la calle y pedimos café y panecillos, Catarina parecía fanática de esos panecillos con chispas de chocolate.
—Cuéntame, Cat, todo. —Le pedí.
—Primero dime cómo estás y qué vas a hacer. —Me pidió y yo sabía que estaba preocupada por su amiga.
—¿Qué voy a hacer? —Respiré profundo y sonreí—. Me voy a volver loco tratando de descubrir cómo administrar todo esto, ¡pero voy a ser un loco muy feliz! Y voy a hacer lo mejor que pueda para ser un buen padre. ¡Amo a Melissa, Catarina! No existo sin ella.
—¿Pero siempre tuviste tanto miedo de ser padre? —Catarina me miró con duda.
—En realidad, siempre tuve miedo de ser un mal padre, porque un niño merece ser amado y cuidado, merece un padre que esté prese