"Hana"
Esperaba no encontrarme nunca más en la vida con Rafael después de esos mensajes. Pero él también parecía haber desistido, después del último mensaje que envié, ya no respondió más. Era mejor así. Pero parecía que el destino era un bromista y, cuando la puerta del elevador se abrió en la planta baja era él quien estaba parado ahí esperando, usando unos jeans negros y camisa del mismo color, recostado en la pared de enfrente.
Pero había algo mal con ese hombre. Parecía cansado o irritado. Entró al elevador y no me dejó salir. Apretó el botón de su piso y la puerta se cerró mientras yo me quedé ahí mirándolo. Me observaba fijamente, como si estuviera luchando para tomar una decisión. Sus ojos parecían que iban a perforar mi cráneo. Pero no dijo nada y no se movió, solo me miró con una intensidad que nunca había sentido antes. Finalmente las puertas se abrieron en su piso y respiró profundo.
—¿Me haces un poco de compañía, Hana? Solo una cena —pidió y había cierta tristeza en su