"Melissa"
Desperté con Fernando posesivamente enredado en mí. Sus brazos me sujetaban junto a su cuerpo y tuve que desenredarlos de mí para levantarme.
—¡Quédate aquí, Mel! —Refunfuñó, aún somnoliento.
—No puedo, necesito ir al baño. —Me levanté y corrí al baño, tenía urgencia.
De cualquier manera, por más que quisiera quedarme en la cama un poco más, ya era hora de prepararme para el trabajo, así que me fui a la regadera.
No tardó en entrar detrás de mí, pasando la mano por mis hombros y quitando el jabón de mis manos, para comenzar a enjabonarme. Le prestó atención a cada mínima parte de mi cuerpo y permití que me consintiera.
Pero mi estómago rugió, nos perdimos en el momento la noche anterior y nos dormimos sin cenar, así que desperté con un hambre feroz.
—Te dejé con hambre, abejita. —Se rió en mi cuello.
—¡Valió la pena! —admití.
—¿Quieres desayunar en algún lugar? —ofreció.
—No, prefiero comer aquí y aprovechar un poquito más de este Nando lleno de amor para dar. —Brom