"Melissa"
Me senté en el sofá con una taza humeante de café. Era una hermosa mañana de sábado, el sol brillante entrando por la puerta del balcón. Desperté temprano, me bañé, me puse ropa cómoda, pero todavía sentía una ligera molestia. La molestia de que algo no estaba bien. Me estaba preguntando si Fernando y yo nos estábamos convirtiendo en ese tipo de pareja que se acomoda con el paso de los años juntos y la relación se vuelve monótona y predecible.
¡Llevábamos mucho tiempo juntos! Ya habíamos pasado esa fase sabrosa de la conquista y las novedades, descubrimos muchas cosas juntos y ya nos conocíamos tan bien que podríamos predecir perfectamente cómo reaccionaría cada uno en cada situación. Eso era bueno, era calmo y tranquilo, pero también nos volvía acomodados, como si no hubiera la necesidad de luchar por el amor del otro porque ya estaba garantizado.
Pero resulta que el amor necesitaba ser cultivado, cuidado, no era solo dejarlo ahí. Además era necesario estar atento a las n