"Melissa"
Estaba pensando en quién podría traer para ser mi asistente, pero no me venía nadie a la mente, nadie en quien pudiera confiar, hasta que Enzo entró a mi oficina.
—¡Gatita linda! ¿Cómo están nuestros bebés? —Me dio un beso en la frente y se sentó frente a mí.
—Con hambre de helado de fresa con salsa de fresa con trocitos, crocante de castañas y barquillos de wafer. —bromeé con él y en ese mismo instante salió de la oficina, dejándome confundida con su actitud, pero tenía muchas cosas que hacer, no podía ir detrás de él ahora.
Quince minutos después Enzo volvió, con un helado de fresa hermoso en una copa de vidrio, exactamente como había pedido y con tres barquillos de wafer. Lo miré como una niña que recibe un dulce.
—¿Cómo conseguiste esto? —pregunté y él dio una sonrisita torcida.
—Tengo mis contactos. —Se sentó frente a mí—. Y Luna recomendó que no deje que tengas antojo de comer nada.
—¡Luna! —Lo miré fijamente, ¿cómo no había pensado en esto antes? ¡Era perfecto!—