"Domani"
Estaba completamente estresado, casi sin salir de la celda, para no quedar expuesto en medio de los bárbaros y para empeorar las cosas Cerrojo no me dejaba en paz, se pasaba el día haciéndome bromas sobre mi trasero y ya me había dado un nuevo apodo que se pegó más rápido que la mala hierba.
—Domani, ven acá. —Federico se paró en la puerta de mi celda que estaba abierta por el horario del baño de sol.
—¿Qué pasó ahora, Federico? —me acerqué irritado—. ¿Mandaste al tipo detrás de Boris?
—Lo mandé. Pero ya no logro hablar con él, hay algo que está mal. —Federico miró hacia ambos lados—. Por cierto, no logro hablar con varios de los tipos que trabajaban con nosotros.
—¿Cómo así? —entrecerré los ojos.
—Pues sí, celular apagado, celular que ya no existe más. Estoy muy preocupado. —Federico me miró fijamente—. Ese mierda de Boris va a mandar el dinero, ¿no, Domani?
—Por eso te dije que mandaras al tipo allá a su casa. —respondí.
—¡Joder, Domani! ¡No quiero entregarle el tras