"Fernando"
Ya estaba en los jardines del Club Social, el lugar donde Melissa quería casarse. No sabía cómo había logrado cerrar el club para nuestra boda, pero lo había conseguido, solo podía imaginar que eso le había costado una fortuna a Otavio y un millón de favores que ella cobró de vuelta. Pero realmente había elegido el lugar perfecto, un lugar al que veníamos desde niños y que prácticamente habíamos convertido en sede para las reuniones de nuestro grupo.
Pero era más que eso, fue en ese mismo quiosco, que ahora estaba transformado en el altar para nuestra boda, que tomé su mano, en un día caluroso de un feriado en que estábamos en la ciudad y le hablé al oído: "¡Cuando crezca, me voy a casar contigo!". Tenía nueve años. Vi sus mejillitas rosadas ponerse rojas, me sonrió y le di un beso en la mejilla. Entonces me habló al oído: "Voy a decir sí, ¿sí?", y salió corriendo de vuelta con los papás.
Ese recuerdo me emocionó y usé el pañuelo que me había mandado para secar otra lágri