"Anabel"
Estaba cansada de andar de un lado a otro sin nada útil que hacer. Esta situación necesitaba resolverse pronto para que pudiera volver a trabajar y hacer mis cosas. Pero ya que tenía tiempo, tal vez podría preparar algo especial para Rick, pero le prometí que no saldría sola y no rompería mi promesa, entonces encontraría compañía.
—Hola, Mel, dijiste que podría llamar... —Expliqué medio apenada en cuanto contestó el teléfono.
—¡Cuando quieras, Ana! —Parecía feliz de atenderme. —Iba a llamarte para saber cómo estás.
—¡Ay, Mel, estoy aburrida! —Dije de una vez, realmente me estaba poniendo hasta depresiva.
—¿Qué te parece almorzar conmigo hoy? —Sugirió y sentí una alegría casi infantil creciendo en mí.
—¿En serio? ¡Me va a encantar! —Ya estaba ansiosa.
—Paso a recogerte al mediodía. Podemos conversar y te voy a llevar a conocer mi trabajo, así no estás tan sola. —Melissa tenía una sensibilidad que me sorprendía.
A lo largo de la vida siempre escuché decir lo fuerte y det