"Ricardo"
Llegué a casa a la hora del almuerzo y encontré ese lugar demasiado vacío. Había pensado en almorzar con Ana, pero salió con las chicas y estaba muy contento con eso, sabía que con esa pandilla estaría segura y se divertiría. Después pensaría en un regalito para las chicas, eran increíbles, pero desde que descubrieron que Taís me había dejado fueron aún más maravillosas, me apoyaron de una manera que fue fundamental para que me recuperara. Y ahora estaban acogiendo a Anabel en el grupo, lo que me ponía aún más feliz.
Comí rápidamente el sándwich que había comprado en el camino y dejé sobre la mesa de la cocina una caja con mini brownies para Anabel, quería que supiera que estaba pensando en ella. Garabateé una notita y la dejé sobre la caja. Fue el momento exacto y sonó el interfón, era el corredor de bienes raíces. No estaba muy emocionado, sabía que podría tardar en vender la casa, por regla general nunca se vende al primer interesado.
—Rick, ¿cómo estás? Estos son Lucas