"Ricardo"
Volví a casa y encontré a Anabel acostada en el sofá, estaba durmiendo, se veía tan tranquila. Había salido más temprano de la oficina para visitar a Leonel. Decidió perdonarlo. Fue un gesto tan generoso y la amé más por eso. La observé por un momento, no quería despertarla, parecía en paz. Entonces fui a bañarme. Cuando salí del baño la encontré sentada en la cama.
—¿Cómo mi futuro marido llega a casa y no me habla? —Preguntó toda juguetona y supe que estaba bien con lo que fue a hacer esa tarde.
—Es que mi chica bonita estaba durmiendo, tan linda, no quise despertarla. —Me acerqué, le hice una caricia en la cara y le di un beso. —¿Cómo fue?
—Fue bueno. Me siento mejor, me siento más liviana y creo que fue bueno para él también. —Sonrió.
—¡Perfecto! ¿Va a la boda? —Pregunté, sabía que eso la había puesto muy ansiosa.
—No. Y entiendo. Y de cualquier forma ya había decidido hablar con Don, quiero que me lleve al altar. —Dio una sonrisa confiada.
—Estoy seguro de que le