"Ricardo"
No entendí por qué Anabel se puso tan irritada. ¿Qué había hecho mal? Estaba ahí, dándole apoyo, tratando de ayudarla a encontrar una solución, y de repente se puso toda estresada. Solo podía pensar que se irritó porque propuse el matrimonio con comunión total de bienes y ella no estaba de acuerdo con el régimen de bienes que sugerí. Pero estaba confundido.
Mi día estaba completamente desorganizado y después de que Ana me echó de su oficina ya no tenía cabeza para lo que necesitaba hacer. Y Alencar se dio cuenta.
—¿Problemas, mi amigo? —Preguntó en la sala del café.
—Las mujeres son diosas maravillosas, Alencar, pero también son complicadas, deberían tener un manual de instrucciones. —Comenté y él se rió.
—Ese manual sería el libro más grande jamás escrito en el mundo. —Se rió Alencar.
Terminé contándole que Ana estaba embarazada y me felicitó, pero después le conté lo que había pasado en su oficina y puso una mueca como diciendo que había metido la pata.
—¿Qué hice ma