"Patricio"
Salí de mi oficina y mi asistente no estaba en su puesto de trabajo. Miré sobre su escritorio la caja de bombones y vi la tarjeta. ¡Ah, pero la niñita ya tenía un admirador! Tendría que resolver eso, por más que fuera irritante, no podía dejar que cualquiera se acercara, era irritante, pero era hermana de un amigo. Puse la tarjeta sobre el escritorio en el momento en que ella entró.
—¿Desea algo, Sr. Guzmán? —Esta niñita se había vuelto atrevida. Era hasta graciosa así.
—Que estés en tu puesto de trabajo y no paseándote por ahí. —Aprendería a ser responsable, yo me encargaría de eso.
Pasó junto a mí, rozando ligeramente mi pecho, dejándome sentir su perfume una vez más, y se sentó, guardó la tarjeta y los chocolates en la bolsa y los quitó del escritorio, colocándolos sobre el mueble que estaba detrás de la silla. Entonces encendió la computadora, como si yo ya no estuviera ahí. Salí de su oficina y me detuve en la recepción, encarando a Manu.
—¿Por qué no me contaste,