"Patricio"
Esa muchacha siempre fue torpe, y se ponía aún más torpe cuando tenía buenas intenciones. Por supuesto que el café fue un accidente, pero estaba muy caliente y quemaba, quemaba mucho y necesité quitarme la camisa. Entonces me dio un baño de agua helada y en el proceso se mojó. Pero eso fue poco, decidió ser una buena samaritana y correr a buscar una toalla, lanzándose sobre mí en el camino de regreso.
Y entonces se bajó de encima de mí y me permitió ver más de lo que debería ver. Su blusa estaba transparente y pegada al cuerpo, sus pezones estaban rígidos en ese sostén de delicado encaje, sus formas eran más que tentadoras y necesité aferrarme a lo que siempre hacía para alejarla, ser grosero y maltratarla. Trataba de evitar mirarla, pues la visión de su blusa mojada exponiendo su cuerpo era una tentación de la cual necesitaba huir.
En medio del caos, quería salir de mi oficina. Pero no podía permitir que saliera de mi oficina así, por más difícil que fuera estar cerca de