"Lisandra"
Estaba mirando a esas dos mujeres saliendo del elevador como si hubieran sido invitadas. Ninguna de las dos tenía vergüenza en la cara, especialmente la tal Taís. Aparecían aquí como si nunca se hubieran ido.
—¡Hola, gente! —Virginia abrió una sonrisa y saludó a todo el mundo.
—¿Qué están haciendo aquí? —La voz de Rick era grave, sin ningún rastro de humor o esa ligereza que siempre tenía.
—¡Nosotros dos necesitamos hablar, Ricardo! —La tal Taís tenía mucha cara dura.
—¿Hablar? —Rick resopló—. Cuando yo quise hablar tú no quisiste, Taís, entonces ahora habla con mi abogado. No tengo nada que decirte.
Virginia estaba mirando a Patricio abrazado conmigo, con una cara de disgusto que hasta me incomodó. Y cuando habló, me ignoró completamente.
—Patricio, me gustaría hablar contigo. —Se acercó a Patricio, que siguió con el brazo alrededor de mi cintura.
—No tengo nada que hablar contigo, Virginia, el tiempo para hablar pasó. Lo que se dijo, se dijo, y lo que no se dijo, y