"Flavio"
Después de recuperarnos, observé a mi Bajita arreglarse y volver a sentarse en el asiento. ¿Qué me estaba haciendo esta Bajita? Estaba perdido, completamente loco por ella. Estábamos detenidos en el arcén, ya fuera de la ciudad, y la carretera estaba vacía. Me tomó un tiempo volver a razonar sobre lo que debía hacer.
— Debería hacerte cabalgar en mi verga aquí y ahora —la miré tratando de descubrir qué pasaba por esa cabecita—. ¿Qué te dio? Entiéndeme bien, no me estoy quejando, por mí puedes hacer esto cuando quieras, pero fue atrevido y solo tomaste una copa de champán hoy —me reí, recordando la primera vez que me la chupó y necesitó un vaso de whisky para tener valor.
— Tú me estás volviendo así, atrevida —respondió confiada.
— No, Bajita, lo que liberé fue una pequeña monstruita traviesa y loca por el sexo que estaba prisionera en ti —pasé el pulgar por su labio inferior—. Y estoy más que contento de tener que lidiar con ella.
— Y ahora quiero mi sorpresa, de lo contr