"Flavio"
Llegamos al lugar que Jeferson indicó. Era una pequeña finca en el límite de la ciudad. La casa más cercana estaba a doscientos metros de distancia, pero en el lateral se percibía una calle estrecha de tierra que llegaba hasta la carretera, probablemente era por ahí que el muchacho pasaba regresando de la facultad y por eso vio el movimiento.
Al estacionarnos a cierta distancia, aún pudimos ver a tal Cándido entrando a la casa. Rápidamente rodeamos todo ese lugar y entre que nos estacionamos y los matones estuvieron rendidos no pasaron cinco minutos. Entonces entramos a la casa. La puerta estaba sin seguro, la empujé y vi a Cándido y a Rita de pie en la sala.
—¿Qué hiciste, Rita? —Le gritaba en el momento en que abrimos la puerta.
—Ustedes dos, manos arriba, caminen despacio hacia la pared. —Hablé fuerte.
—¿Pero qué payasada es esta? ¿Quiénes son ustedes? —Cándido preguntó y mientras él me prestaba atención, dos policías llegaron por detrás y rindieron a él y a Rita, que