"Samantha"
Después de que Rómulo dejó de ser un problema, me sentía mucho más ligera y feliz. Tenía a mi lado al hombre que amaba y que, no solo decía, también me demostraba todos los días que me amaba igualmente.
Heitor estaba empeñado en hacer mis días felices, pero solo con tenerlo cerca ya me sentía la mujer más feliz del mundo, sentía que vivía una vida perfecta por tener a mi amor conmigo. Dormía en sus brazos todos los días y despertaba con sus ojos brillando para mí, nada podría ser más perfecto que eso.
La semana fluyó así, él poseía mi cuerpo todas las noches antes de dormir y me amaba todas las mañanas antes de salir de la cama. Estaba mal acostumbrada con sus besos y caricias y mimos.
En el trabajo logré adelantar todo para poder ausentarme por unos días. Cuando llegó el jueves, estaba hecha un manojo de nervios y completamente ansiosa por la boda que se realizaría el sábado. No pensé que me pondría así, que ese nerviosismo que afecta a las novias inexplicablemente tamb