Cuando llegué al piso de presidencia, Samantha saltó de su escritorio y me jaló apresuradamente hacia el baño.
— Ay, cuéntame, cuéntame, ¿cómo te fue?
— Fue muy bueno, Sam, muy bueno de verdad. Pero se los contaré hoy en la noche de chicas, a todas ustedes de una vez.
— ¡Hasta la noche nos vas a matar de curiosidad! —Samantha hizo un puchero—. Pero déjame avisarte, Alessandro sabe que fuiste a almorzar con Levy.
— ¿Y cómo lo sabe?
— Denis.
— ¿Y...?
— Escuché cuando le dijo a Patricio que es mejor que sigas adelante, él no quiere que sufras y Levy es un tipo decente. Pero Cata, está destrozado.
— Lo sé, Sam, pero no puedo hundirme, tengo un hijo que me necesita. Levy es una excelente persona y quedamos en ser amigos, conoce mi situación y mis sentimientos. Dentro de poco Alessandro estará casado y yo no seré su amante.
— Tienes razón. Vamos a trabajar.
Cuando me senté en mi escritorio le eché un vistazo a mi celular y tenía muchos mensajes de las chicas, todas querían saber có