UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 20. Porque yo lo digo
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 20. Porque yo lo digo
Se suponía que retirara la mano, de verdad se suponía que lo hiciera, pero Sari solo… no podía. En lugar de eso, sus dedos sobre la superficie tersa, casi como si estuviera reconociendo un territorio nuevo.
—Emmm… la carpa… ¡tarta…! La tarta… eso...
Ivan percibió el cambio en su respiración. Sus pupilas se dilataron en un instante y bastó que Ivan diera un solo paso hacia ella para que Sari se diera cuenta de que estaba prácticamente babeando por él.
Pero cuando finalmente pareció despertar y retroceder, Ivan la atrajo hacia él. Ni siquiera le dio tiempo para escapar, las muñecas de Sari se perdieron en sus manos y las juntó detrás de su espalda, arrancándole un grito que era medio sorpresa y medio jadeo ahogado por estar completamente pegada a él.
Y no la vio venir: esa boca que se estampó contra la suya con un beso profundo y demandante, no la vio llegar, pero la disfrutó hasta el infinito. Ivan se aprovechó de aquellos labios e