UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 15. Obediencia.

—Levántate —le pidió Ivan una sola vez, con un tono menos áspero del que habría querido, pero en su defensa, la sorpresa le había ganado.

Sarika seguía arrodillada, temblando, con la frente pegada al suelo. Su llanto ya no era silencioso, ahora era desordenado y desgarrador, como si le estuvieran arrancando algo desde dentro. Murmuraba apenas, con voz entrecortada, pero no se hizo repetir la orden antes de obedecer.

—Perdón… perdón… yo no quería… yo solo quería quedarme…

Ivan frunció el ceño y se agachó frente a ella. Le sujetó los brazos y la ayudó a incorporarse, porque por más que trataba, parecía que sola no podía.

—Ya basta —le dijo—. Mírame.

Sari alzó el rostro, sus ojos estaban rojos, sus labios temblorosos y llenos de desesperación.

Y justo en ese instante algo cambió en Ivan, porque cuando la escuchó sollozar, tan frágil y rota, comprendió algo que lo dejó sin aire.

Mientras él pensaba que la estaba humillando dándole una habitac