CAPÍTULO 68. De un feroz enfrentamiento, a una infección agravada
CAPÍTULO 68. De un feroz enfrentamiento, a una infección agravada
La enfermera titubeó mientras contenía el aliento y no hacía falta que abriera la boca, porque Maggie podía oler su sorpresa y su consternación a kilómetros de distancia, como si fuera un tiburón atraído por la sangre.
—¿Qué pasa, querida, no te alegra verme? —insistió Maggie—. O más bien, ¿no creíste que me verías de nuevo después de ayudar a Reggie a deshacerse de mí? —escupió y vio cómo la mujer frente a ella se tensaba hasta el infinito.
—Eh… creo que se está confundiendo, señora. Usted y yo nunca nos hemos visto antes —murmuró entre dientes tratando de forzar una sonrisa que nadie le creía.
—¿Confundida? ¿No te llamas Marcia Ward? ¿Entonces no fuiste tú la que me drogaste y ayudaste Reggie a que me sacara del hospital?
La enfermera palideció en un segundo
—No sé de qué estás hablando.
—Te voy a mandar a la cárcel, maldita infeliz —dijo Maggie, sin levantar la voz—. Sabes muy bien lo que hiciste, y yo lo sé. Debiste