Constanza

A pesar de que no quería dejarme ir, finalmente convenzo a Damon de que me deje hacerlo. Omar percibe que algo me sucede cuando regreso a la sala de espera con él, pero es prudente y no comenta nada.

—Eh, disculpen un momento —nos dice la señorita cuando estamos a punto de abordar.

Mi hermano y yo nos miramos un poco asustados, temiendo que alguno de esos dos locos haya hecho algo para impedir que salgamos del país. Sin embargo, lo que nos dice la señorita es que no viajaremos en clase turista, sino en primera clase.

—Debe haber un error —le respondo—. Compramos asientos en clase turista y no…

—Debe ser ese malnacido de Cillian —me susurra Omar al oído—. Quizás sea mejor no tomar el avión.

—No, no tenemos tanto dinero ahora para comprar otros billetes.

—Es correcto, señor. Sus billetes fueron cambiados a primera clase —confirma la señorita, quien se sonroja con cada mirada de mi hermano.

—Me gustaría saber quién está cambiando nuestros asientos —replico—. Esto no me da confia