“Manuela”
Las cosas habían mejorado entre Flávio y yo. Fuera lo que fuese, me prestaba más atención, como antes, pero algo seguía mal y no me hablaba; fingía que no pasaba nada. Con la boda de Sam y Heitor acercándose, todo se estaba volviendo más agitado.
Salía del taller con las chicas; habíamos ido a elegir vestidos para la boda, cuando sonó mi celular. Lo saqué del bolso y vi que era Flávio. Me aparté un poco del grupo para contestarle.
—Enana, ¿ya terminaste con las chicas? —preguntó Flávio, pero me pareció cansado, algo que ya era habitual.
—Sí. Sam me va a llevar al apartamento.
—¿No quieres que te recoja? Flávio insistía en llevarme a la oficina, luego a la universidad y después recogerme. Decía que así pasaríamos más tiempo juntos, por eso usaba menos el coche.
—No hace falta, espérame en casa.
—¡Te echo de menos! —dijo, y se me aceleró el corazón. Vivíamos juntos, nos veíamos todos los días, pero me encantaba cuando me llamaba y me decía que me echaba de menos.
Estaba sonrie