"Flávio"
No pude contenerme más. Dejé que mi lengua se deslizara hasta su húmedo y cálido centro, y en cuanto la deslicé, gimió y apoyó la cabeza contra la puerta.
"¡Mmm, a mi pequeña le gusta eso!", dije con satisfacción, sabiendo que le encantaba que la chupara y le diera placer con mi boca.
Empecé a mover la lengua por allí, pasando de su clítoris a su entrada y de vuelta a su clítoris, que chupé con avidez, haciéndola retorcerse contra la puerta. Pasó la pierna por encima de mi hombro, dándome más acceso a su coño necesitado, y la chupé y lamí con avidez. Quería saturarme con su divino sabor, pero era imposible, porque cuanto más la saboreaba, más la deseaba.
Manu empezó a restregarse contra mi boca, y con cada embestida de mi lengua en su entrada, emitía un gemido de placer cada vez más fuerte. La sujeté por la cintura, con la cara hundida en su coño, mi polla palpitando en mis pantalones cortos, y sentí una alegría indescriptible al tenerla allí, completamente entregada a mí.
La