"Samantha"
Volvimos de la playa el domingo por la noche y fuimos a casa de Heitor. Estaba cansada y no podíamos separarnos. Nos duchamos y nos tumbamos, abrazados, simplemente acariciándonos.
"Rouxinol, quiero que vuelvas a aceptar seguridad". Heitor me llamaba Rouxinol en momentos cariñosos e íntimos y "mi diosa" en momentos más obscenos y relajados. Me encantaba.
"Cariño, no necesito seguridad. Rômulo está en la cárcel y no sabe dónde vivo ni dónde trabajo. De hecho, hace mucho que no recibo una carta". Heitor dejó escapar un largo suspiro.
"Rouxinol, el loco de tu ex no es nuestro único problema". Heitor me acarició la oreja con el hocico.
"Cariño, Junqueira ya ha sido arrestado", le recordé, cerrando los ojos para sentir mejor su cariño. "Rouxinol, hablo de Reinaldo." Cuando dijo eso, me tensé.
"¿Por qué necesito seguridad por Reinaldo?"
"Es una historia larga y horrible. Preferiría contártelo mañana, fuera de nuestra cama, pero por favor, acepta la seguridad." Eso le pareció impo