"Samantha"
Ya me moría de ganas de sacar a esos aguafiestas, pero esa ridícula e ingenua de Milena, la hijastra de mi padre, decidió provocarme. Fue entonces cuando olvidé por completo dónde estaba.
"¡Pobre de la fiesta, deja de presumir! Siempre te ha gustado llamar la atención. ¡Qué pesado! Anda, preséntale tu familia a tu prometido y a su familia." Milena, la hija de la esposa de mi padre, decidió hablar. Siempre me llamaba impulsiva, y la odiaba por eso y muchas otras cosas. "Mira, Heitor, aún estás a tiempo de cambiar de opinión, porque estás con la hermana equivocada."
Se acercó a Heitor y le puso la mano llena de dedos en el pecho. Me hirvió la sangre y vi rojo; mi paciencia se había agotado. Agarré a Milena del pelo sin piedad.
"Melissa, ayúdame." Llamé a Melissa, quien le llevaba las palomitas a Nando, y vino más que contenta.
Cuando Dora, la esposa de mi padre, se me acercó, Melissa la agarró del pelo y la sujetó.
"¡Ni lo pienses, pequeña zorra!", le dijo Melissa, agarrándos