Me desperté por la mañana con Alessandro besándome, después de apenas haber dormido nada. Después de hacer el amor de nuevo en la cama y de nuevo en la ducha, bajamos a desayunar. Llamé a casa y Mel me aseguró que todo estaba bien. Después de desayunar, volvimos a los documentos y cuando terminamos ya era media tarde.
—Cat, tenemos que hablar —me dijo Alessandro con seriedad, captando toda mi atención—. Solo quiero asegurarme de que estamos en sintonía. Lo que pasó entre nosotros es serio, te quiero para mí, en mi cama y en mi vida, y quiero estar en tu vida y en la de Pedro. Así que quiero asegurarme de que estés segura de que estamos saliendo.
Sonreí ante sus palabras. Era tan guapo y tan mono. Me levanté y fui hacia él, diciéndole:
—Entonces, ya que estamos saliendo, puedo hacerlo —me senté en su regazo, dejando una pierna a cada lado de su cadera. —Y puedo con esto. —Me incliné y le di un beso lento y apasionado en la boca.
Cuando nuestros labios se separaron, sus ojos brillaron y