“Junqueira”
Estaba sentado allí planeando cuál sería mi próximo movimiento una vez que tuviera al vástago de Mellendez en mis manos. ¡Estaba tan emocionado! Pero entonces oí que la puerta se abría y se cerraba rápidamente y ese idiota de Kauã entró corriendo.
- ¡Mal, todos están jodidos! – Kauã estaba aterrorizado.
- ¿Qué carajo es eso? ¿Qué carajo has hecho ahora? – Salté del sillón. – ¿Dónde está ese amiguito tuyo con el bebé?
- Entonces, Malvado, ¡la oferta fracasó! – Kauã me miró con agonía.
- ¡¿Eh?! – pregunté sin entender.
- Sí, Mal, está el Zika, salió mal, salió mal, no funcionó, ¡maldita sea! – ¡Señor, el vocabulario de Kauã era un ataque a la lengua portuguesa!
- ¿Qué fue exactamente lo que salió mal, inútil? – Dije mientras caminaba hacia él.
- Entonces Elisa atrapó al pequeño llorón. Entonces un guardia de seguridad vino tras ella y lo golpeé en la cabeza con un trozo de madera. Luego nos separamos, porque Elisa pensó que atraería menos la atención. Entonces ninguna de las