Después de que mis padres regresaron a Campanário, le dije a Alessandro que quería visitar a Nando en el hospital. No le gustó la idea, dijo que tenía que descansar, pero le dije que no haría ningún esfuerzo, ya que tenía la silla para moverme. Alessandro me acompañó y cuando llegamos Nando estaba con su madre. Fue una visita rápida, pero me alegré de ver a mi amigo.
Aproveché que ya estaba fuera y convencí a mi esposo de que necesitaba ir al centro comercial a comprar algunas cosas que aún faltaban para nuestros hijos. No estaba contento con esto, especialmente porque no podía acompañarme, pero le aseguré que estaría bien con los guardias de seguridad y que me encontraría con las chicas allí.
- Por favor amor, necesito salir un ratito, me estoy volviendo loca quedándome en casa todo el tiempo sin hacer nada. – pregunté haciendo pucheros.
- Está bien, mi ángel. Pero no tardes demasiado. Tenga cuidado y no se aleje demasiado de los guardias de seguridad. – Alessandro podía ser mandón c