Capítulo cuarenta y cinco.

Escucharla gritar mi nombre con esa desesperación despierta en mí todas las perversiones que a lo largo de mi vida ni siquiera sabía que existían. Como en algún momento mencioné: nunca me ha gustado improvisar y siempre he calculado todos los movimientos que me dispongo a dar, cada uno, paso a paso mi vida se convirtió en un cúmulo de emociones vacías que en algún momento me perdí entre lo mecánico y artificial. Imagino que esto se ha debido a que dentro de mi crianza y con un padre militar y abogado se suscitaban demasiadas reglas y correcciones porque, aunque nunca hubo más lujo o suntuosidad de la necesaria, mis padres siempre me dieron lo mejor de ellos dentro de una serie de normas y correcciones de los cuales nunca me quejé y mejor aún, nunca me molesté en corregir porque me sentía cómodo con ello. Incluso dentro de mis relaciones interpersonales e &iac

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo