Un encuentro de frente...

— Es mi padre, señora Ava— dijo Samantha. 

— ¡Qué sorpresa tan agradable!— dijo Ava— ¿Y que hace una princesa como tú, fuera de su castillo? 

La hizo pasar a un pequeño salón y se sentaron a conversar. 

— ¡Lo mismo que usted!— dijo Samantha. 

— ¡No entiendo, mi muñeca linda!— dijo Ava. 

— Mi padre me contó que usted se reveló contra todo convencionalismo e hizo su propia vida— dijo ella— yo quiero hacer lo mismo. 

— ¡Mira que chismoso es tu papá!— dijo Ava, riendo de buena gana— te quieren casar con un viejo barrigón. 

— La verdad ni siquiera sé quién es, pero yo me caso con alguien que yo elija— dijo Samantha. 

Ava suspiró al escuchar a Samantha. 

— Necesitas tener mucha firmeza de carácter para enfrentar lo que se te viene— dijo Ava— ¿Cual es tu plan? 

— Trabajar, mantenerme por mi misma y ser yo. 

— Eso suena ideal, pero no será así, te aconsejo que trabajes, te mantengas, pero que no seas tu— dijo Ava. 

— No le entiendo— dijo Samantha. 

— Cambiar de identidad— le explicó— si tus padres son influencia en el mundo de los negocios y las finanzas, de seguro tratarán de cerrar todas tus puertas. 

— Mi padre me apoya, no creo quei madre se atreva a tanto— dijo Samantha. 

— Yo solo te doy ese consejo— dijo ella— vamos para mostrarte una habitación, de aquel ala izquierda están ubicados los Caballeros, acá en la derecha las damas. 

—No se presentan problemas a la hora del romance— preguntó Samantha. 

— No, soy muy clara con mis normas y mis reglas, a la hora de la comida tengo dos grandes comedores— dijo Ava— hay 4 caballeros y 6 damas, no son muchos los enredos acá. 

— Me alegra— dijo ella.

La habitación era muy limpia, con una hermosa cama y una gran cómoda, además de un bello closet en madera caoba, se podía sentir que estabas en casa. 

No era tan lujosa como su habitación en casa de sus padres, pero era muy bonita, con amplios ventanales, cortinas en lino y organza color lila le daban el aspecto de ser muy femenina. 

— Está muy linda ésta habitación señora Ava— dijo Samantha. 

— ¡Gracias querida!— dijo ella— pero llámame mamá Ava. 

— Está bien mamá Ava— dijo Samantha— es usted muy dulce. 

— A veces sale mi mal carácter, no te creas— dijo mamá Ava— ¿Cuál es tu profesión? 

— Estudié administración de empresas— veremos cómo me va buscando trabajo. 

— Te deseo toda la suerte del mundo— dijo mamá Ava. 

Esa tarde Alex había estado reuniendo todo lo necesario para lograr un trabajo, se reunió con el amigo de Ava, Alex estaba recordando lo que le dijo al hombre ese día:

—«Tengo una plan, voy a casa y regreso otro día u hoy mismo— dijo Alex. 

— Ve, yo te espero a que vengas con la idea que tienes— había dicho Thompson. 

Alex O'Sullivan había sonreído al pensar en su padre 'No sabes con quién te metes Alvin, te voy a dar pelea viejo zorro'

Había  buscaso.algo que tenía en su maleta de viaje, su mejor amigo lo iba a ayudar, como siempre. 

Extrañaba no tenerlo ahora allí, siempre cuando estaba en aprietos acudía a él y juntos encontraban la solución, ahora también a pesar de no estar, le ayudó a encontrar una salida. 

Él había sufrido un accidente esquiando que lamentablemente le había costado la vida, podría ayudarlo aún estando en el más allá, pensó: "Lo siento Harry, se que si estuvieras vivo, estarías de acuerdo, juntos vamos a ganarle a mi padre". 

— «En una semana tendré todo listo mi querido muchacho, pero no te prometo un puesto de primera— había dicho.el hombre— veré qué te pongo a hacer.»

Alex se imaginó que no sería tan fácil, pero por lo menos tendría un trabajo, con eso pagaría la renta y tendría para la comida. 

Esa tarde estaba cansado, no vió a mamá Ava, quería darle las gracias por su gran ayuda, pero no la vió, decidió descansar, ya más tarde estaría por el comedor. 

Estuvo revisando su teléfono, no tenía amigos allí, su padre y su madre obviamente no le iban a escribir, así que lo guardo y se dispuso a descansar y meditar. 

Un buen rato más tarde salió para participar de la cena, aun no conocía a todos los que vivían allí, solo tenía una semana viviendo y nunca estaban todos, se imaginaba que los horarios no coincidían. 

Cuando entró en el comedor, mamá Ava estaba allí con su espléndida  sonrisa, de inmediato Alex le comentó el incidente y ella le respondió. 

— Así que tu padre es muy poderoso— dijo ella— mira que interesante. 

— Estresante diría yo— dijo Alex. 

— ¿Cómo te llamo ahora?— preguntó ella. 

— Soy Harry, solo Harry— dijo él. 

Extendió su mano estrechando la de mamá Ava, justo terminó de presentarse entraron algunos de los ocupantes de las habitaciones. Él dio media vuelta para salir y el choque fue fenomenal. 

Los dos cayeron al suelo él encima de ella provocando un ruido catastrófico. 

— ¿¡Oye, porque no tienes cuidado!?— dijo la chica— me rompiste el labio

Él se sintió bastante incómodo ante esta situación tan embarazosa y se levantó lo más rápido que pudo pidiendo disculpas. 

— ¡Lo lamento señorita, que torpeza de mi parte!— dijo Alexander. 

— ¡Si, eres muy torpe para mi gusto!— exclamó ella. 

En ese momento mamá Ava intervino y dijo:

—¡Qué manera más particular de conocerse! Ven te pondré una crema anti inflamatoria. 

— ¿Conocernos?— dijo ella— con gente torpe no me gusta relacionarme. 

— ¡Oye, no soy ningún torpe, solo fue un accidente y ya le pedí disculpas! — dijo él con voz cortante. 

—¡Bueno, bueno no se peleen!— dijo mamá Ava— olvídense del incidente y todo está bien, porque no los presento. 

— Vamos antes de que crezca más mi labio— dijo ella— ¡Que oso ir a una entrevista de trabajo así! 

Ella dió media vuelta y siguió a. La casera él fué a sentarse, todos permanecieron callados. 

 

— ¡Gracias mamá Ava!— dijo ella cuando le colocaron la crema en el labio inflamado—  con permiso. 

 Caminó hacia el comedor y busco sentarse lo más alejado de él en el comedor, Alex se sentía  bastante enojado, pero a pesar de su enojo, la miraba soslayadamente, y se dio cuenta que era una chica muy bonita. 

Ella también lo miraba, mientras él estaba aparentemente descuidado, Samantha se fijó que era un hombre muy guapo e interesante, después de cenar, cada quien se encerró en la habitación que ocupaban.

La madre de Samantha estaba muy contrariada y decidió ir y hablar con Alvin O'Sullivan para ver cómo podían hacer para que su hija pudiera entrar en razón y aceptara casarse con el hijo de él. 

La empleada anunció la visita en casa de los O'Sullivan, Alvin se sintió incómodo ante la presencia de Simone Martin, la vergüenza era grande por la actitud que tenía su hijo. 

— Hola Alvin, ¿cómo estás?— dijo ella. 

— No muy bien Simone— dijo él— mi hijo no desea casarse con tu hija. 

— ¡Ay Alvin! Mi hija tampoco desea casarse— dijo ella— huyó de casa. 

— ¡Caramba Simone! Estoy en la misma situación— dijo Alvin— también Alex huyó de casa. 

— ¿Que vamos a hacer entonces?— dijo ella. 

— Yo le voy a cerrar  todas las puertas financieras a mi hijo— dijo él— es cuestión de días para que vuelva y acepte la propuesta. 

— Entonces haré lo mismo con Samantha— dijo ella. 

— Ya veras que cuando estén sin un centavo— dijo Alvin— volverán, bloquea sus tarjetas y dejala sin nada para subsistir. 

— Eso haré— dijo Simone— gracias Alvin, has sido de gran ayuda. 

Ya en la mañana cada quien a su rutina de trabajo, muy pocos se veían las caras, difícilmente y a duras penas a la hora de la cena lograban encontrarse. 

Alexander, fue directamente hasta la empresa del señor Thompson, y así dar inicio al plan concebido por ambos, para lograr engañar a Alvin O'Sullivan. 

Mientras, Samantha empezaba su difícil tarea de buscar un trabajo para sostenerse a sí misma, visitó varias empresas, dejando su hoja de vida. 

No fue un día nada provechoso, en alguna de las empresas le dijeron que no querían problemas por contratarla, estaba siendo investigada. 

Samantha se dió cuenta que mamá Ava tenía razón, su madre estaba cerrando sus puertas para obligarla a volver. 

Tendría que buscar otro tipo de trabajo, vio un restaurante y  estaban solicitando meseras para atender a los clientes, jamás en la vida había hecho algo semejante. 

Tendría que empezar por algo, decidió pedir trabajo, pero al no tener experiencia no quisieron darle la oportunidad de trabajo. 

Después, de varios locales de venta de comida, le pidieron que pasara para una entrevista al día siguiente a primera hora; ojalá pudiera ser seleccionada. 

Cuando llegó a casa le dolían los pies, solo quería bañarse y acostarse a dormir, si no fuera porque mamá Ava vino a pedirle que disfrutara de la cena, hubiera caído rendida del cansancio. 

En el comedor no habían muchas personas, pero se dió cuenta que no estaba el chico con quien tropezó, sintió algo de decepción, porque aunque no le agradaba mucho, no podía negar que era un hombre muy guapo. 

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