Olivia...
— Entonces hasta tus once años fuiste una niña extremadamente feliz— dijo el psiquiatra— a raíz de la separación de tus padres todo cambió, ¿sabes por qué?
Olivia lo miró unos breves segundos y pareció meditar su respuesta porque dijo:
— ¿Es necesario que le responda eso?
— No, es tu vida te lo pregunto porque deseo conocerte de tí, pero si no deseas responder estas en todo tu derecho— dijo él.
— Está bien, voy a responder— dijo ella no muy convencida de lo que se le pedía— cuando mamá y mi papá se separaron, dejé de ser el centro de la atención de ambos, mi padre se concentró en su nueva esposa y mi mamá en caminar por el mundo buscando novios y eso me molestó muchísimo.
— Te entiendo, te gusta que se concentren en tí— afirmó el médico.
Ella apretó los labios en señal de incomodidad y dijo:
— Nunca me ha gustado perder, yo nací para ganar, no para perder y mis padres son perdedores— dijo ella— uno debe luchar por permanecer siempre en la cima de la vida, divorciarse es perder, n