Mundo ficciónIniciar sesiónLlegamos al local sin incidencias. En el coche hablamos de nuestros gustos musicales y la verdad es que cada vez me sentía más cómoda con Valentín, como si de alguna forma hubiera encontrado su espacio en mi vida. Bajamos del coche y Hang nos miró desde la entrada, arrugando la nariz.
—Yo también noto la peste a chucho, si te sirve —le soltó Valentín a modo de saludo con un destello de diversión en la mirada.
—Siempre tan encantador —le contestó Hang haciendo una mueca pero sin gruñirle, que ya era más de lo esperable.
—¿Qué tal el día? —le pregunté a Hang ignorando las pullas de esos dos.
—Los ha habido mejores —me contestó finalmente, tras aguantar la mirada de Valentín sin acobardarse lo más mínimo.
—¿Ha pasado algo? —le pregunté hacie







