Tus senos, suave descanso, que cuidan el valle
Donde está tu corazón,
Tu cintura, tu cadera, y ese lugar secreto
Que mis labios, ya conocen mejor que yo.
Tus piernas, me estremezco cuando pienso en ellas,
Tus finos pies; tus delicadas manos, que muestran el camino.
Todo tu cuerpo… que bien lo veo solo,
Y aún mejor, cuando se une con el mío.
Y aunque importa, no es tu físico el que me enamora,
No es solo tu belleza, toda la que me diste y la que te queda por dar,
Lo que quiero es lo mejor, lo que guardas en tu interior,
Lo que yo, también, estoy dispuesto a entregar.