Después de la noticia que Emily había recibido, no había ánimos para organizar una despedida de soltera, buscar un vestido de novia, reservar un salón o elaborar una lista de invitados. Al encender su celular, Emily se encontró con más de treinta llamadas de Javier y casi el mismo número de mensajes por whatsapp. Fastidiada solo de pensar en su rostro, y en que lo estuvo besando, bloqueó y eliminó el chat, sin tomarse siquiera la molestia de leer uno solo de sus mensajes.
En un acto de consideración, Estefanía regresó, al menos por esa noche, su habitación a Emily y compartió la cama con Marge.
—¿Qué crees que debamos hacer ahora? —preguntó Marge a su amiga cuando entró a visitarla a la habitación, el d&ia