Infieles en Tentaciones
Infieles en Tentaciones
Por: SilvinaTracy
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ACTUALIDAD AFRODITA Y CHRISTIAN

-Por favor perdóname- Afrodita miró a su novio suplicar con lágrimas en los ojos y tomar algo de su bolsillo

-¿Cómo esperas que te perdone? ¡¿Que hubiese pasado si yo no te encontraba así?!- Se sentía dolida, traicionada, herida

-No lo sé. No voy a mentirte, solo sucedió. Yo no la besé...- Quiso justificarse culpando de todo a Zaira

-¡No me importa si la besaste o si ella lo hizo!- Gritó con lágrimas en sus ojos y tomando sus llaves. Necesitaba irse de ese club que no había traído más que desgracias y pésimos momentos en su vida- Yo te vi muy a gusto con ella

-Cásate conmigo, dejemos todo esto atrás. Solo fue un momento de debilidad- Rogó y se puso de rodillas extendiendo el anillo de compromiso con un hermoso diamante en el centro

-Nadie haría lo que no le gustaría que le hicieran. ¿Qué sentirías si soy yo quien besa a otro hombre? ¿Que sucedería si alguien me besa y yo solo disfruto el momento como tú?- Afrodita creyó que eso haría que el dejara de insistir y solo buscaba que se pusiera en sus zapatos

Christian sentía celos de solo imaginar a su amada novia besando a otro hombre, pero comprendió que debería aceptar eso para no perderla.

-Hazlo, pero guárdalo para ti. No quiero verlo ni saber los detalles. Se que me amas y que eso no podría cambiarlo nadie, al igual que lo que yo siento por ti- Guardó el anillo dentro del estuche y luego metió aquella cajita de terciopelo en el bolso de su novia

-Necesito pensarlo. Necesito tiempo- Se alejó dejando a Christian en su oficina de Tentaciones

****

TIEMPO ATRÁS, INICIO

Afrodita es una joven y hermosa arquitecta. Ella es hija de Mariela, una bailarina que enseña pole dance y de Tiziano, un médico. Sus padres son practicantes de BDSM, así como sus amigos.

Para Afrodita el BDSM es algo normal, al menos no lo ve como un tabú en su vida, pero eso no significa que ella desee practicarlo. De hecho con veintitres años aún continuaba siendo virgen.

Afrodita no es alguien que enseñe su cuerpo con poca ropa, sino que siempre fue más reservada en su estilo de vestir. Ella aprendió a bailar pole dance siendo demasiado joven y logró amar esa disciplina. Siempre lo practicó cuando ya no había gente en el lugar de trabajo de su madre o en casa de sus padres también a solas. Ella no bailó para mejorar su cuerpo ni para aumentar fuerza o resistencia, sino que encontró en esa disciplina un potente relajante y desestresante.

Su vida fue bastante tranquila sin haberse enamorado. Su mejor amiga había sufrido mucho tiempo por el amor de Iker, un amigo suyo que jamás fue merecedor de su cariño. También vio sufrir a varias personas, quizás por eso le costó encontrar alguien que llamara poderosamente su atención.

Siempre Afrodita tuvo los pies sobre la tierra y su mente concentrada en el futuro. Ella jamás creyó que enamorarse sería difícil y trágico, pero bastaría conocer a algunas personas para comprobarlo.

Ella no imaginaba su cuerpo siendo sometido en un cuarto con cuerdas, látigos y hasta pinzas. Ella deseaba un hombre que la amara, que la besara con suavidad y que con cariño le hiciera el amor cuando finalmente lograra enamorarse. No le entregaría su corazón ni su cuerpo a alguien que no lo mereciera, de eso estaba plenamente segura.

Todo cambió cuando debió diseñar los planos para Tentaciones Tres, un club de BDSM que sería de su amigo Apolo y de Zayn Preston, un amigo suyo que vivía fuera de la ciudad.

Afrodita había diseñado previamente Tentaciones Dos y su amiga Audrey Ulibarri, se había encargado de la decoración de cada ambiente. Las dos trabajaban juntas y eran realmente talentosas en eso. Debido al éxito de su trabajo y que Apolo era amigo suyo, ella acordó ocuparse también de Tentaciones Tres.

*

Zayn Preston había viajado esperando reunirse con Apolo y el arquitecto en dónde sería Tentaciones Tres. Lo que vió al llegar no era tal como imaginaba. Se había encontrado con un lugar pequeño que no estaba en las mejores condiciones.

Él no creyó que alguien con apariencia tan juvenil, que seguramente no llegaba ni a sus veinte años pudiese ser arquitecta. ¿Pondría en una niña el sueño de su vida junto al dinero que con tanto esfuerzo había ahorrado? De ningún modo.

Su trato a la hermosa pelirroja con cara de ángel no fue el mejor. Para Afrodita fue insultante y él no fue más que un maldito machista e irrespetuoso. Ella no aparentaba su edad, habiendo cumplido sus veintitres no parecía tener más de dieciocho o veinte para la mayoría de las personas. Cubrir sus curvas o no usar mucho maquillaje para resaltar sus facciones quizás le daban un aspecto más juvenil, pero ella no quería cambiar eso.

Afrodita se fue del lugar donde debería crear Tentaciones Tres demasiado molesta. Ella no había ido para ser maltratada ni insultada por nadie. Al llamar a su amigo Salvador para que la recogiera todo cambió.

Un hombre perdió el control de su vehículo y ellos impactaron con él. El accidente solo provocó daños en la carrocería de los vehículos, pero afortunadamente no produjo lesiones serias en ninguno de los tres involucrados.

Afrodita descendió del vehículo y ayudó al conductor que había perdido el control. Momentáneamente se quedó sin habla al verlo. Él era hermoso, aún más que los galanes de las telenovelas que miraba su madre. Christian Rosco, ese era su nombre. Él tenía el cabello castaño oscuro, piel clara y los ojos más lindos que había visto jamás. Ese color celeste tan claro y de mirada tan pura la hicieron sentir en el estómago lo que jamás había sentido antes.

Él era unos años mayor, estaba cerca de cumplir los veintiocho, era educado, trabajador y de apariencia tranquila. Se sintió cautivada y también deseó verlo después.

Días más tarde, ellos comenzaron a tener diferentes citas. Christian era un caballero y alguien que le inspiraba confianza. Poco a poco comenzó a enamorarse de él, hasta que en una de las citas ocurrió lo que los dos tanto deseaban, su primer beso.

Aquella noche y en la puerta del restaurante que fue testigo de su primer beso, ellos comenzaron una relación.

Afrodita veía en él al hombre perfecto y con el paso de pocas semanas dejaba que su imaginación volara y lo proyectaba a su lado como un esposo dedicado y amoroso.

Fue difícil para ella tener que decirle dónde trabajaba y por qué tenía horarios tan extraños. Su jornada laboral transcurría en la oficina donde atendía a sus clientes y también dónde se reunía con su equipo de construcción para llevar a cabo los proyectos aprobados. Después de terminar su horario de oficina, ella iba a Tentaciones Dos dónde ayudaba como secretaria administrativa.

El club cuando se inauguró estuvo en crisis y Apolo junto a Iker, los dueños, necesitaron toda la ayuda que pudieran recibir. Audrey se había encargado de decorar el lugar para las fiestas temáticas que acabarían salvando del cierre al local. Afrodita se encargaba de revisar las membresías, los nuevos socios y también de enviar las invitaciones con las nuevas temáticas a cada socio.

Para Christian era extraño que ella trabajara allí, pero comprendió los lazos afectivos con los dueños del lugar. Él no tenía razones para sentir celos, mucho menos para desconfiar de su novia.

Lo que cambiaría su relación y por completo sus planes sería Tentaciones Tres, pero eso no lo sabían...

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