CONSTRUCCIÓN PROBLEMÁTICA

Para Afrodita diseñar siempre fue su pasión. Todos creían que por ser hija y nieta de médicos, ella podría escoger estudiar medicina, pero en su adolescencia cuando comenzó a diseñar los planos de la casa que quería tener al crecer todos supieron que su vocación sería otra.

Sus padres escogieron siempre hablarle con la verdad sobre como se conocieron. También le explicaron de que modo fue en el que terminaron siendo pareja y posteriormente esposos. Ella sentía innecesario conocer los detalles, pero aún así escuchó con atención.

Saber que su madre fue una sumisa sin amor por si misma le había molestado. Así en aquel momento Mariela hubiese tenido sobrepeso, esa no era excusa para entregarse por completo a un hombre que jamás la valoró. Ella no sería así, nunca.

Afrodita deseaba tener la experiencia de tener novio, pero no por eso aceptaría la propuesta de cualquier muchacho por más lindo que fuera. Su temperamento tenía muchas similitudes con el de su padre, así como también su firmeza al tomar una decisión.

Para ella ser virgen teniendo más de veinte años jamás fue un problema. Ella no quería ser promiscua como muchas mujeres que iban a Tentaciones. No quería que su cuerpo fuera usado como un objeto de placer, sino amado como en las películas que veía en televisión en sus momentos libres.

Conocer a Christian la hizo sentir el primer enamoramiento de su vida. Se sintió deslumbrada por su manera de ser, de expresarse, por la tranquilidad que mostraba y la calma que le transmitía. Él era plenamente sincero al responder sus preguntas y eso también era algo que adoraba.

Audrey Ulibarri, su mejor amiga, siempre le aconsejaba que debía dejar de pensar tanto y sentir más. Le parecía increíble que Afrodita con más de veinte años debiera seguir los tiempos que consideraba prudentes. Entregarse a Christian debería ocurrir a los seis meses de noviazgo, e incluso más si no estaba segura. Para Audrey era absurdo y solía molestarla sobre eso preguntándole que haría si sentía ganas de hacerlo a los cuatro o cinco meses.

Christian era muy paciente y comprendía que al ser virgen, ella demoraría más en entregarse. Por momentos imaginaba como sería estar juntos por primera vez y también si en un momento de excitación tal, ella disfrutara algo como la dominación o si tal vez resultara ser dominante.

Su rostro que no aparentaba su edad, su cabello rojo y sus ojos entre grises y azules la volvían una hermosa mujer dueña de más fantasías de las que podría imaginar.

-¿Sabes bailar bien?- Christian la había acompañado a buscar la iluminación que amaba su suegra para colocar en Tentaciones y preguntó mirando el lugar

-Se hacerlo. No sé si lo haré perfectamente o si seré tan sensual como las chicas que vienen aquí desde hace tanto tiempo, pero tengo fuerza y resistencia- Respondió sin querer dar detalles. Para ella el pole dance era un deporte, una disciplina antiestrés

-¿Bailarías para mí?- Lo excitaba la idea de imaginarla quitándose la ropa y bailar en diminutas prendas solo siendo vista por él

-Puedo mostrarte algo. No estoy vestida para eso ahora- Christian aceptó con una sonrisa

Afrodita sujetó el tubo con fuerza y elevó su cuerpo de lado siendo sostenida solo por sus brazos. Eso impresionó a Christian que siempre la veía como una chica frágil y débil. Ni siquiera el podía sostener el peso de su cuerpo en una posición tan difícil como ella lo mostraba naturalmente.

-Es impresionante- Dijo sorprendido

La excitación se había evaporado de Christian. Afrodita no le había mostrado nada sensual, solamente una prueba de resistencia física que el mismo no superaría.

*

El tiempo pasaba lentamente y los amigos de Afrodita comenzaban a resolver sus problemas, a excepción de Iker. Él parecía un caso totalmente perdido.

Audrey se había enamorado de Salvador y había descubierto que quien la inició sexualmente era él. Tenían una hija juntos y varios planes a futuro. Apolo tenia una familia en crecimiento, acababa de ser padre por segunda vez y había comentado que le gustaría tener un niño más, pero que su esposa no estaba de acuerdo. Iker seguía con aventuras que no llegaban más allá del cuarto y que tampoco volvían a repetirse, muy tarde se había dado cuenta de que deseaba y amaba a Alondra, su ex esposa.

Audrey comenzaba a planear su boda y Afrodita por momentos creía que para ella el tiempo pasaba también. Audrey a su edad tenía una hija, una pareja totalmente estable y planes de boda, así como también tener al menos un hijo más. Ella apenas estaba comenzando un noviazgo, pero no había llegado ni siquiera a la intimidad en él.

*

Zayn Preston estaba haciendo planes para mudarse. Debía resolver algunos asuntos, vender algunos muebles que no podría llevar y pagar unas pequeñas deudas que tenía. Él había comenzado una relación con una mujer atractiva y perversa como ninguna otra que hubiese conocido.

Zayra, su novia, tenía que culminar también varias cosas antes de poder mudarse. Ella comenzaba a buscar un apartamento para vivir sola porque en sus planes no estaba convivir. Ella adoraba y deseaba a Zayn, pero amanecer con el cada día le resultaba abrumador. Ella jamás fue alguien de compromisos serios ni duraderos.

Zayn no confiaba en que el proyecto de su vida estuviese a cargo de una niña, por lo que viajó personalmente para comprobar que todo estuviese avanzando bien. Su hermano Erick, le había recomendado un excelente contratista que podría verificar que todo marchara bien y el no dudó en llevarlo a dónde sería Tentaciones Tres.

Afrodita estaba midiendo todo. Era demasiado precisa en lo que quería y esperaba que su equipo fuera como ella en cada proyecto. Se sentía satisfecha de ver medidas perfectas y como ese lugar comenzaba a tomar forma. Cuando vio a Zayn llegar sintió ganas de irse, pero al observar quien lo acompañaba decidió quedarse.

-No confío en que una niña haga el trabajo de un hombre- Le comentó Zayn a su acompañante sin creer que alguien lo escuchaba

-¿Niña? Entonces ¿Por qué no haces todo esto o es que no eres suficientemente hombre?- Lo confrontó. Una de las cosas que más la ponían de mal humor era que alguien cuestionara su trabajo

Los obreros se habían detenido para ver a su jefa molesta. Ella era siempre serena y calmada, firme a la hora de tomar decisiones claves sobre un proyecto, pero nunca la veían tan enojada.

-Dime algo, ¿Crees que la construcción va bien? ¿Harías algún cambio estructural?- Zayn se dirigió a quien lo había acompañado ignorando a Afrodita

-Yo haría habitaciones allí y allí- Comenzó a caminar para señalar lo que pensaba- Aquí podría construir dos habitaciones amplias y allí otras dos

-Si claro- Afrodita aplaudió y los obreros rieron disimuladamente- Construir allí y allí se puede, pero eso agregaría un gasto importante para el cual no hay presupuesto, porque habría que hacer cambios estructurales muy importantes y además anular todo el suministro de agua y crear nuevamente otro

-Puedes irte- Zayn sabía que en esas partes no podían crear habitaciones porque por debajo del suelo estaba todo el suministro de agua. Romper uno de esos caños acabaría siendo costoso, más aún si debían reemplazar toda la cañeria

Quién acompañó a Zayn se fue y él evitó sonreír al ver a la arquitecta tan enfurecida.

-Sigan trabajando. El espectáculo acabó- Se dirigió a los obreros Afrodita y luego se quitó el casco de protección y soltó su cabello. Tenía que irse

-Tengo que admitir que me siento sorprendido. Aún así no creo que tengas la edad suficiente para dirigir proyectos muy ambiciosos- Zayn habló a su espalda y ella se dió la vuelta

-Mi edad no te concierne. Lo único que debe interesarte es no malgastar tu dinero. Debes agradecer que Apolo sea mi amigo, porque te aseguro que en caso contrario yo no estaría aquí ni seguiría adelante- Quiso caminar hacia la salida pero Zayn la detuvo

-No tienes más de veinte años, ¿Cómo fue que obtuviste un diploma?- Afrodita no pudo contenerse y le dió una fuerte bofetada

-Tengo veintitres años. Ten cuidado en la manera que a mí te diriges. Vengo a trabajar aquí, no a soportar comentarios malintencionados ni faltas de respeto tuyas ni de nadie- Advirtió con fuego en su mirada

Zayn tocó su mejilla y no dijo nada. No confiaba en Afrodita, así ella tuviese la edad que decía tener. Eso no cambiaba nada.

Zayn tenía treinta años y múltiples experiencias vividas. Afrodita parecía demasiado joven y dulce para tratar con personas rudas, aunque le había demostrado que detrás de su angelical apariencia había una persona con carácter, impulsiva y también segura. ¿Sería verdad que Apolo jamás había estado con ella?

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