Flor estaba tirada en el suelo y Andrés andaba su celular sentado en el mueble.
—¿Vas a seguir ignorándome? —preguntó Flor de la nada.
—No te estoy ignorando —respondió él bajando el celular y dejándolo a un lado.
—¿Por qué estás tan serio conmigo? —preguntó ella rodándose hasta él y después se arrodilló frente al muchacho y mostró un rostro algo triste, puso sus manos en las piernas del joven y acostó su barbilla sobre sus manos.
—¿Sigues hablando con Alex?
—A veces, cuando nos encontramos en la calle ¿por qué? —ella ató todo y supo que Andrés estaba celoso— ¿es por él?
—¿Por qué hablaste con él hoy?
—No he hablado con él.
—Claro que lo hiciste, cuando llegaste a la casa.
—Hablé con tu hermano, me dijo que lo llamara cuando llegara a tu casa.
Hubo un momento de silencio.
—No te gusta que yo hable con Alex, ¿verdad? —dijo Flor y Andrés apartó la mirada de ella y dejó salir un suspiro.
—No deberías hablar con él después de lo que te hizo. Eres una tonta.
—No soy una tonta, ya lo superé