Inesperadamente amor de mi vida
Inesperadamente amor de mi vida
Por: Ede_05
Capitulo 1

Cassandra Morgan

Todo el mundo cree que la vida de la alta clase es fácil, a decir verdad, no lo es en absoluto, el trabajo y la presión social que debemos cargar sobre nuestros hombros no se compara con nada, sin embargo por llevar una vida cómoda no nos quejamos.

Toda mi vida ha sido un verdadero ajetreo, más aún los últimos años desde que terminé mi carrera de diseño y fundé Cass' boutique, mi propia tienda de ropa la cual ha sido un éxito, aunque tengo muchas empresas más, la que más prestigio me ha dado es está, el orgullo que me genera me confirma que he hecho un buen trabajo.

Pero nada de esto me sirve en este momento en el que al llegar a mi casa me encuentro con que el amor de mi vida se ha ido a quien sabe donde con otra, ¡Y tiene el descaro de irse solo dejándome una nota!

Es un cínico de lo peor, después de meses de planificación me deja tirada como si nada de lo que hemos vivido le importara, teníamos cinco años juntos y al parecer eso no fue suficiente.

Si sospeché que algo pasaba, aunque no le presté tanta atención, porque díganme la verdad ¿Quien en su sano juicio me sería infiel a mi? Soy perfecta en todos los aspectos que busques.

Gruño tomando la nota entre mis manos y la echo a la basura, ¡No puedo creerlo!

Sujeto mi celular y le marco a mi abuela, quien es la única de mi familia en quien puedo confiar y quien además de eso me presiona para que esté siempre al pendiente de todas las empresas de la familia, para ellos el éxito de cada contrato es esencial.

Como si no tuvieran ya suficiente dinero.

—Hola Cassandra, ¿Está todo bien?—interroga sabiendo que nunca la llamo a menos que sea algo realmente importante.

Mis ojos se llenan de lágrimas por fin asimilando lo que ha sucedido y todo cae como agua fría sobre mi, al principio no pude reaccionar, solo sentí enojo, sin embargo minutos después que debo contarlo se me hace un nudo en la garganta que no me deja hablar.

—Hija ¿Estás bien?

Vuelva a preguntar al no recibir respuesta.

—Armando me ha dejado.

Suelto tratando de ocultar lo mal que me encuentro.

—¿Ha roto contigo? ¿Después de todo lo que hemos hecho por ese cretino?

Casi me río si no fuera por la situación.

—Si, así es.

—Llamalo inmediatamente Cassandra, el tiene que responder por esto, no podemos cancelar la boda a estas alturas, toda Francia está esperando el evento—su voz suena autoritaria pero en este momento ya no podemos hacer nada, ya he intentado llamarlo y sale fuera de línea.

—Se ha ido de Francia, con otra mujer. Me ha dejado una nota y me ha bloqueado, creo que su línea ya no funciona...

—¡Ese imbecil! Tienes que resolver esto  rápido Cassandra, solo falta un mes para la boda y tiene que llevarse a cabo.

Frunzo las cejas incrédula. ¿Acaso no acaba de oírme? ¡El idiota se fue! ¿Como quiere que me case? ¿Con un holograma?

—¿Me has escuchado? ¡Se fue! ¿Como diablos voy a casarme?

—No me hables así jovencita. No me importa como le harás pero consigue un esposo, tienes un mes, si no lo haces nuestro apellido quedará por el suelo y tu como una cornuda de primera.

Suelto un sollozo al no poder contenerlo ya y cuelgo el teléfono con rabia.

¿Que es lo que voy a hacer ahora? ¿Como voy a conseguir un esposo en un mes?

El tiempo pasa demasiado rápido de por si, aunque es claro que debo hacerlo, si no mi nombre quedará manchado, aquí en París los chismes corren rápido, la fachada y apariencia parece ser lo más importante, es por ello que mi abuela me presionará hasta que encuentre alguien que suplante a Armando, aunque suene cruel.

En realidad nadie podrá sustituirlo de mi vida por ahora, pero debe haber alguien que cumpla con los estándares visuales para las cámaras ese día, no puedo dejar que nada malo suceda, ya ha pasado lo suficiente como para añadirle un escándalo como cereza del pastel.

(...)

Me bebo la copa de golpe sintiendo muchas emociones negativas, han pasado tres días desde que Armando se fue y es una pesadilla, mi mente no deja de traicionarme recordando todo lo que pasó.

Quien se imaginaría que yo, Cassandra Morgan se encontraría a plenas dos de la tarde bebiendo en un bar, ¿Hasta dónde pienso dejar que mi dignidad llegue?

Siento una mano arrebatandome la siguiente copa que el bartender me pasaba, le doy una mala mirada al desconocido pero entonces me relajo al ver a Mylie, una de mis amigas y por supuesto, damas de honor de la esperada boda.

Que porquería, todo me recuerda mi desgracia.

—¿Que haces aquí? Sabes que los paparazzis te siguen a todos lados.

—¿Tu que haces aquí?

Le miro mal y ella resopla cansada. Aún no le he contado nada.

—Te he buscado por todos lados, hay un problema muy grave en la empresa y necesitamos que vengas rápido.

—¿En cual de las tres?—pregunto aburrida, siempre hay problemas y nunca necesitan de mi ayuda.

—La de dulces, apresurate. Me parece haber visto una cámara.

Ruedo los ojos levantandome y tomo mi bolso Lady Dior color negro antes de salir, mi amiga paga la cuenta por mi y se apresura a llegar a mi lado, subo al auto sin pensarlo demasiado y en pocos minutos ya nos encontramos en el alto edificio que conforma mi empresa.

Poco vengo aquí, es muy raro que me vean aquí, la única forma de contactarme es a través de Mylie o en la boutique, no me gusta perder el tiempo.

—No me has dicho de que se trata.

Mi amiga gira su cabeza en mi dirección sin dejar de caminar, entro en el ascensor sintiendome un poco mareada sin embargo nada que no pueda manejar.

—Han robado, todos están señalando a una sola persona sin evidencias.

Frunzo el ceño. ¿Por qué harían eso? Sin evidencias nadie les creerá, o eso es lo más lógico, sin embargo tengo que examinar la situación para determinar que hacer.

Salimos del ascensor en dirección a la sala de juntas.

—¿A quien veremos específicamente? Tengo un dolor de cabeza horrible.

—Por estar bebiendo—regaña—Vamos, aquí están los encargados de empaquetar y también algunas personas con acceso al lugar de la mercancía, después hablaremos del motivo de tu mal humor.

Suspiro asintiendo y Mylie me abre la puerta, hago resonar mis tacones haciendo que todas las personas en el lugar detengan sus conversaciones, me dirijo a la silla en el extremo de la sala donde todos puedan verme, mi amiga se sienta a mi lado y le echa una ojeada a una persona detrás de mi, no presto atención a nada mientras espero que ella dé la orden, no quiero ni hablar.

—Tomen asiento señores.

Hay alrededor de veinte personas en la sala, por lo que es difícil decir con exactitud a quien es que señalan.

Finalmente todos se sientan y yo uno mis manos sobre la mesa.

—¿Cual es el problema?—pregunto a Mylie aunque ya lo sepa.

—Se ha perdido mercancía en las últimas semanas, un cuarenta por ciento de que hacemos en el mes.

—¿Se han investigado a las personas encargadas de la producción y exportación?—su rostro me dice un claro "No" aún antes de escucharla.

—No.

—¿Son todos los presentes los encargados?—interrogo y ella asiente—¿Por qué no han sido investigados?

—Pocos son los que se quedan de noche cuando el resto de las oficinas ya están vacías por lo que la probabilidad de que sean varias personas es baja, hay solo cinco sospechosos sin embargo todos señalan a una sola persona.

—¿Quién?—hago la primera pregunta de la cual no tengo respuesta, el resto de las cosas eran más que obvias.

Mylie se gira hacia un chico de al menos unos veinticinco años, el sujeto en cuestión tiene el cabello negro, es alto, lo se porque se haya de pie, no habían sillas suficientes y eso me permite verlo con claridad, sus ojos grises observan con disgusto a sus compañeros, eso me hace preguntarme, ¿Por qué todos lo señalan?

—Dominic Cournier , tiene alrededor de tres meses en la empresa.

—¿Que función desempeña Dominic?—pregunto y ella baja un poco la cabeza.

Sin embargo antes que pueda responder el lo hace.

—Soy el conserje, fue el único puesto que pude conseguir en su prestigiosa empresa—su tono es afilado lo que me disgusta en sobremanera.

¿Quien se cree que es para hablarme así?

—Si no tiene nada que ver con la producción y exportación de la mercancía, ¿Por qué se le acusa?

Sus ojos me miran enojados y sus compañeros ni siquiera me miran, se disponen a mantenerse en silencio como si la cosa no fuera con ellos.

Cobardes, hasta borracha los intimido.

—A veces he tenido que hacer horas extras gracias a su gerencia, quienes me hacen estar hasta altas horas de la noche, lo he hecho para que no me despidan dado que necesito el trabajo.

Frunzo el ceño extrañada. ¿Por qué Bastian hace esto con los empleados?

—Eso no responde a mi pregunta—desvío mi mirada hacia los que están sentados en la gran mesa—¿Por qué lo acusan?

—Jefa, es bastante obvio, el es el que más tarde se queda en la empresa además que no debe tener ni que comer, ¿Que nos dice que no fue el?

Observo con disimulo al sujeto el cual se mantiene con seriedad, debo decir que tiene una buena postura a pesar de estar siendo acusado de robo, yo ya le hubiera saltado a la yugular al idiota que habló.

—No porque usted no tenga valores para asumir sus errores no quiere decir que los demás tengamos ese concepto de ganancia, para obtener lo que se quiere no es necesario perjudicar a nadie. Están haciendo a su jefa perder el tiempo y me están acusando para librarse de las consecuencias de sus actos—su mirada se desvía hacia mi—Aunque estoy seguro que no es tan estupida como para creerles sin pruebas.

Me levanto enojada e influenciada por el alcohol y me acerco a el amenazadoramente, ni siquiera da un paso y puedo escuchar los jadeos de sorpresa de todos los presentes.

—¿Acaso quieres ser despedido idiota?

—O tal vez si lo es.

Levanto mi mano dándole una cachetada, sin embargo el no se mueve.

—Lárgate de aquí.

Una sonrisa sarcástica se forma en su rostro y yo espero que se vaya para darme la vuelta y observar a Mylie quien se haya tan sorprendida como los demás.

—Mylie, busca a la seguridad, también a Bastian, nadie sale de aquí hasta que se encuentre la persona responsable del robo, busca las cámaras, mueve toda la m*****a empresa si es necesario pero encuentralo antes que acabe el día.

Mylie al saber lo enojada que estoy solo asiente y habla por el radio llamando a todos los que he ordenado, también tengo que hablar seriamente con Bastian acerca de lo que el idiota me dijo, por más imbecil que sea es injusto lo que hacen.

Esos no son mis valores y definitivamente no será algo que permitiré en mi empresa.

Camino hacia mi oficina y al entrar cierro con pestillo, me sirvo una copa de vino y me siento a seguir emborranchandome.

Dominic Cournier... ¿Quien eres realmente?

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