Capitulo 2

Cassandra Morgan

El resto de la tarde se fue en un chasquido, tan pronto como llegue a mi oficina salí siendo llamada por Mylie quien afirma haber encontrado a los culpables del robo, quienes resultaron ser tres empleados del área de producción, en camino hacia allá aunque ya lleve más alcohol que sangre en mi cuerpo no me impide recordar el inconveniente con el sujeto, no tengo idea si lo llamaron pero no quiero saberlo, después de todo no me importa.

Es un cretino de lo peor.

Llegamos a la sala de juntas donde el silencio reina, solo hay tres personas, las responsables de hacerme perder mi tiempo y pasar toda la tarde aquí en vez de en mi cama o la boutique. Cualquiera de las dos me hubiera servido.

—Sabían que la verdad saldría a la luz y aún así me hicieron perder el tiempo—suelto con frialdad.

—Lo siento jefa, no fue lo que...

—No me interesa lo que tengan que decir, están despedidos—los tres me miran con enojo y por consiguiente se levantan para irse pero no se van bien librados—Les daré quince días para hacer una transferencia con el equivalente a la mercancía que robaron y... ¿Mylie?

La rubia levanta la mirada de su laptop y la centra en mi con interés.

—¿Si?

—Trae a Dominic.

Los tres hombres se miran entre sí y yo les señalo las sillas, obedecen sin rechistar sabiendo que puedo hacer sus vidas miserables si siguen jodiendo la mía.

Media hora después Dominic cruza las puertas, no tengo energías para discutir el tiempo que ha tardado pero una vez se sienta me dirijo a los ladrones.

—Le darán una disculpa a Dominic por haberlo inculpado.

—¿Que? Desde luego que no haremos eso.

Alzo mis cejas ante la negativa de uno de ellos y los demás lo apoyan.

—¿Alguno de ustedes sabe la influencia que tengo aquí en Francia?

La sala se sume en un profundo silencio el cual me dedico a romper.

—Si quieren que las cosas sean así pueden irse—se levantan rápidamente pero al escucharme hablar se detienen—Pero si salen sin darle la apropiada disculpa que merece me encargaré de que no pueden trabajar en ningún lugar de este país.

Los segundos pasan y el silencio se hace cada vez más incómodo, uno de los tres se acerca a dominic y extiende su mano.

Este la toma con seriedad y finalmente el hombre habla.

—Siento mucho lo que ha pasado, ha sido nuestro error.

Los demás salen enojados y me sorprende que sea así, no tienen ningún tipo de temor, lo que me hace pensar que tal vez no están aquí por trabajar en realidad.

El sujeto sale con la cabeza agacha y Mylie suspira, hasta ella siente la tensión que hay en el ambiente.

Escucho la silla de Dominic correrse y seguido de eso se acerca, por alguna razón comienzo a sentirme repentinamente nerviosa pero no me muevo, solo desvió la mirada de mi amiga hacia el y ahí es donde noto que me tiende una carpeta.

La confusión me invade al abrirla y encontrar en ella una carta de renuncia.

¿Que diablos?

—¿Renuncia? ¿No necesitas el empleo? —pregunto confusa y el asiente.

—Necesito el empleo, pero no me quedaré soportando injusticias.

Sin dejarme responder sale de la sal dejándome pasmada. Miro a Mylie quien se haya igual de sorprendida que yo.

¿Por qué renunciar a un buen trabajo si necesita el dinero?

No lo entiendo, si de verdad necesitara el empleo me quedaría todo lo que pudiera, tan siquiera hasta conseguir otro pero solo se fue.

—Investigalo, tambien quiero nombres de los dos imbeciles que se fueron sin disculparse.

Mi amiga y asistente asiente antes de comenzar a trabajar en la computadora.

Ese chico es demasiado extraño, además de que es la primera persona que no se derrite ante mi con solo verme, la mayoría de los hombres dejan su baba al pasar por mi lado pero... ¿Por qué el no?

(...)

Habían pasado algunos días desde que Armando se fue y yo ya estaba al borde del colapso, se supone que ya debía tener algunas opciones para mi boda sin embargo a estas alturas faltando menos de un mes no tengo absolutamente nada, mis opciones se reducen a tres personas las cuales dudo mucho que acepten.

Y es que quien aceptaría casarse en menos de un mes, la única forma es ofrecer mucho dinero a alguien codicioso que acepte un contrato de al menos un año, toda Francia sabia que me casaría con Armando, llevar otro hombre al altar hará un gran escándalo, sin embargo cancelar la boda lo hará aún peor.

—¿Ya me dirás que diablos te pasa? Tienes días irritante Cass—escucho la voz de Mylie a mi lado, estamos en la empresa haciendo algunos papeleos, sin contar con que dentro de media hora tenemos una reunión con un nuevo socio, necesitamos firmar contrato con el, hacerlo nos dará múltiples beneficios aún mejores que los que ya tenemos en la industria.

Me enfrento a mi amiga dado que ya no me queda de otra, llevo muchos días ocultándole la verdad.

—Armando se ha ido.

Su boca amenaza con llegar al suelo pero se contiene para empezar con su interrogatorio, la conozco tan bien...

—¿QUÉ? ¿DE QUÉ HABLAS?—le doy una mala mirada al ver que algunas personas que iban pasando por el pasillo se han quedado viendo.

—Baja la voz—observo como se acomoda y continúo—Se fugó con Helen, hace una semana, dejo una nota y se fue del país, ni siquiera contesta las llamadas.

—¡QUEEE! ¿Y cómo es que sigues llevando ese anillo? ¡Yo lo sabía! Esa chica me daba mala espina.

—Tengo que seguir llevando el anillo, no puedo armar un escándalo—explico, niega con la cabeza decepcionada.

—El escándalo es algo seguro cuando se anuncie que se cancela la boda.

—No la cancelaremos—digo con la seguridad que no siento.

—¿Y con quien te casaras? ¿Con su foto o un fantasma?—su sarcasmo me molesta pero al mismo tiempo me divierte.

Eso es lo mejor de Mylie, sus ocurrencias son las mejores.

—Tengo que conseguir un esposo, tan siquiera temporal, no puedo dejar que me tomen de cornuda—mi amiga se me queda viendo durante unos segundos y se que está pensando opciones.

—¿Y si le pides a Jamie que se case contigo? Seguro acepta—niego con la cabeza.

—Me divorciaria a los dos días.

Me quedo pensando las opciones y siento que ninguna encaja, no puede ser alguien que ya hayan visto conmigo, será demasiado obvia la falsedad del asunto, tiene que ser alguien que no todos conozcan, incluso si no lo conozco seria más fácil.

Gruño frustrada después de hablar un buen rato con Mylie y sopesar las opciones es que tenemos, ninguna es lo suficientemente creíble, sin embargo, no son tan malas.

Escucho un ruido extraño y veo como señala su telefono.

—Ya es hora de la reunión, procura aliarte con este sujeto, tiene mucho dinero y sus empresas contrastan perfectos con las tuyas, además que necesitamos recuperar las últimas pérdidas.

Me arreglo con rapidez dejando mi cabello negro suelto y retoco un poco mi maquillaje.

Al terminar salimos de mi oficina caminando en dirección a la sala de juntas, creo que es el único lugar que visito cada vez que vengo, al llegar me extraño al ver a dos guardaespaldas de pie junto a la puerta, ambos me dejan pasar y Mylie les echa un ojo, a decir verdad no están nada mal.

Al entrar hago un escaneo rápido a la oficina, me acerco a la persona sentada en uno de los últimos asientos y cuando voy a extender mi mano me quedo de piedra al reconocerlo, sus ojos grises me escanean de arriba abajo sin disimulo y una sonrisa se forma en sus labios al captar mi sorpresa.

—¿Tu?

—Me presento, mi nombre Dominic Laurent, es un placer conocerla señorita Morgan.

Me siento frente a el invitándolo a sentarse y puedo ver su diversión al verme tan descolocada.

—¿Quieres explicarme quién eres?—espeto sin amabilidad.

—Ya te lo he dicho.

—Tu nombre no responde a mi pregunta, ¿Que haces aquí?—Mylie se encuentra tan sorprendida como yo sin embargo se mantiene en silencio revisando su computador.

—Hace un mes concretamos esta reunión, en el correo especifique el nombre de las empresas que manejo, mi nombre y también que puedo aportar a sus empresas, como sabrás soy figura pública tanto aquí en Francia como en Italia, sin embargo imagino por su sorpresa y su reacción del otro día que no investigo absolutamente nada acerca de mi.

Su sonrisa de satisfacción quisiera quitársela de un golpe sin embargo me contengo porque quiero hacer negocios con el, a pesar de haberme engañado y haberse hecho pasar por trabajador de aquí.

¿Como lo hizo? No tengo idea, en primer lugar cambio su apellido y se infiltró sabrá Dios para que, no se que imagen tenga de nosotros ahora, aunque poco me importa su opinión, necesito que acepte el negocio que le propondré.

—No hemos investigado acerca de usted, solo de sus empresas, es lo que nos concierne, sin embargo ¿Cual fue su razón al trabajar aquí?

—Solo estuve una semana, quería ver que tal se manejaban, desde luego no me he llevado una buena impresión.

Su tono burlón ya me está cansando por lo que decido confrontarlo.

—No todo lo que brilla es oro, igualmente si se puede dar cuenta yo no soy la que manejo todo por aquí—explico y ni siquiera se porqué lo hago, se supone que debo dejarle en su lugar no darle explicaciones.

¿Que me pasa?

—Hablemos de lo que nos interesa.

Asiento pasándole las carpetas con la información preparada anteriormente y ambos nos enfrascamos en una larga conversación acerca de una nueva empresa que podemos crear, es simplemente perfecto y nuestras ideas contrastan de maravilla.

Al final de la reunión el me mira fijamente sin decir nada, algo que me pone nerviosa sin embargo no lo demuestro, ¿Que se supone que busca?

Primero no entiendo si vino a la empresa la primera vez por diversión o de verdad quería ver que tal era el trabajo por aquí, algo me dice que es la primera opción, no se ve como una persona que le guste trabajar, al principio no pude ver su egocentrismo pero ahora que he hablado con el verdadero Dominic se le nota a leguas que es un narcisista de primera.

—Entonces podemos proceder con los asuntos legales y ponernos a trabajar.

Afirmo acomodando las carpetas frente a mi.

—Tengo una condición, si quieres que este negocio se lleve a cabo—me corta.

Levanto la mirada con seriedad.

—¿Qué quieres?

—He escuchado que tu prometido te ha dejado tirada a solo semanas de la boda—me levanto de golpe al escucharlo, el enojo me nubla la mente y me acerco a el tomando su camisa.

—¿Quién demonios te dijo eso?

—Tranquila fiera, lo escuché al pasar por tu oficina.

Lo suelto de golpe enojada y me apoyo en la pared más cercana.

—¿Y eso a ti que te importa?—toda mi amabilidad se fue por el caño.

—Aceptaré hacer negocios contigo, si tu aceptas esté.

Me pasa una carpeta en sus manos.

Al abrirlo y echarle una ojeada me doy cuenta de que es un contrato de matrimonio.

¡Ni de chiste! No con este idiota. No lo soportaría ni dos días.

Le tiro la carpeta en la cara y me doy la vuelta para salir pero el me sujeta del brazo haciendo que mi enojo crezca.

—Hey, escúchame.

—No me interesa, muchas gracias. Puedes largarte de mi empresa y no volver.

Un jadeo sale de Mylie quien sabe que este negocio era bastante importante y esperado, incluso para mi abuela quien escucho al respecto y desde luego espera noticias mías al salir de aquí.

Me va a matar.

—Tu necesitas casarte para que la gente no te pisotee, he escuchado sobre ti, estas en todas las redes sociales, si cancelas tu boda te van a hacer m****a.

—¿Y eso que te importa a ti?

Su expresión cambia por una más seria pero yo no puedo evitarlo, me tiene hasta la madre, quiero que se vaya.

—Tienes razón, no me interesa—dice ajustándose su saco. El cual le queda muy bien por cierto.

Cassandra concéntrate.

Ya vali madres, mi abuela va a matarme.

—Pero yo necesito casarme, y tu también. ¿Que puedes perder?

—No voy a casarme contigo. Vete.

Sus ojos me observan por unos segundos hasta que sacude su cabeza.

—Tu asistente tiene mi contacto, llámame si cambias de opinión. Te doy tres días, tengo prisa.

Y con toda la elegancia con la que vino se fue dejándome pensativa.

Tengo que buscar otras opciones, sin contar con que no se que le voy a decir a mi abuela, no puedo llegar y decir "No logré el acuerdo con los Laurent porque me negué a casarme con el heredero"

Me mataría más de lo que ya lo hará.

—¿Que harás?—Mylie se ve genuinamente preocupada y para que negarlo, yo también lo estoy.

—Tiene que haber una solución.

Porque no, definitivamente no me casaré con ese idiota.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo