91. PADRE SOLTERO.
POV. SEBASTIÁN.
— ¡Ma-mamá! ¡Ma-mamá! ¡Ma-mamá! — Los gritos iban en aumento, acompañados de gemidos y mocos que se mezclaban con lágrimas gruesas que rodaban por las regordetas mejillas de Leo.
Al tiempo Theo se despertó y como por una acción de cadena o repetitiva empezó a llorar junto a su hermano.
Yo estaba despierto, mirando al techo y aunque no estaba viendo a mis hijos, sabía que eso era lo que estaba pasando porque era como la escena de una mald¡ta película que se repetía una y otra vez.
Así era desde hace casi un mes.
Sentí de nuevo ese jodido nudo en mi garganta que bajaba hasta mi estomago y hacía que mis manos se pusieran frías, que una sola lágrima se resbalara por el lado y se perdiera en mi piel.
Sí, Lucía, mi Lucía no estaba.
Éramos solos nosotros tres contra el mundo y a veces quería simplemente irme de este mundo.
Mi alma estaba destrozada.
Mi corazón roto.
Mi cuerpo pesaba.
Mi alma no sabía si existía.
Mis ojos veían todo en blanco y negro y lo más doloroso es que es