50. ¡TÚ!
POV. SEBASTIÁN.
Un día aburrido de trabajo, un día completo con papeles sobre mi escritorio, gente entrando y saliendo de mi oficina, cosas por firmar, órdenes que dar, asuntos que arreglar, Felipe y Antonio mirándome con rabia y sin decir más que algunos monosílabos.
Mi madre llegó a la hora del almuerzo y hablaba y hablaba de muchas cosas que aunque tenían sentido, no me importaban.
Se veía más radiante que nunca.
Elegante.
Hermosa.
Los ojos de las damas de sociedad estaban sobre ella y algunos murmullos ridículos que parecían risas sobre nosotros.
— ¿Qué piensas? — preguntó mamá y yo la mire con una amplia sonrisa.
— Estoy de acuerdo — dije y bebí agua sin mirarla a los ojos.
— Gracias, entonces enviaré un ramo de flores a los padres de Lucía y…
— ¡¿Qué carajos?! ¡Estas demente! ¿Te afectó el psiquiátrico? Creí que habías dicho que era como un hotel 5 estrellas.
— No me prestas atención, así que decidí decir cualquier cosa para ganarla.
— No bromees con eso. No quiero molestar má