He terminado de hacer mis quehaceres y la señora Corina apenas se ha podido despegar de su hijo. Joe parece algo tranquilo y de vez en cuando voy a ofrecerle algo de comida o de agua.
—¿Cómo te sientes Rose? —es la señora Adriana quien llega a la cocina con el último plato utilizado en la cena.
—Bien —miento, y ella se me queda mirando por bastante más tiempo que el habitual.
—¿Cómo te ha tratado Joe después de todo este enredo? —yo me encojo de hombros y en realidad es que quisiera no tener que responder a este tipo de cosas, pareciera que todos en casa están sumamente atentos a nosotros.
—Bien, solo quiero que él se recupere —ella se sienta en la barra y sé a lo que ha venido.
—¿Volv