—Eso es maravilloso. —La señora Weissman aplaudió al ver que su hijo le enseñaba su alta puntuación en su reporte de historia— ¡Oh, cariño, eres nuestro salvador!
—No es así. —El ojeroso Patrick sonrió con vergüenza, reprimiendo un suspiro de alivio.
Jung observó desde una de las sillas en el jardín y reprimió una risita, el pelinegro había estado preocupado por lo que pasaría con las calificaciones del hijo de los Weissman luego de que él lo "ayudara" con sus asignaciones; Patrick había pasado noches en vela estudiando sólo para poder enseñarla al chico de una mejor manera, por lo que ahora se veía totalmente exhausto, Jung creía que lo que había hecho era realmente adorable, no sólo porque era para salvar su cubierta, sino porque realmente había estado muy preocupad