—… no es mi problema lo que hagas o no en ese viaje, Zhang —Mark lanzó varias de las camisas del chino a la espaciosa maleta y volvió a pararse frente al armario del menor.
—Pero… Mark… —Jason, que iba de un lado al otro tratando de detener al molesto americano que no se dignaba a mirarlo a la cara, habló en un suspiro mientras éste volvía a arrugar todas sus camisas— ¿Qué se supone que piensas que haré? —preguntó, casi desesperado porque el mayor se volviera a verlo.