EL REINO DE LOS ELEMENTALES (segunda parte)

 Lupercus maldijo su suerte una vez más…

 Se encontraba en una miserable isla desierta de vegetación tropical repleta de palmetas cocoteras y con un riachuelo de agua dulce que llegaba hasta una catarata que desembocaba en una pequeña laguna verdosa, pero excepto por esas dos fuentes de alimento y bebida estaba totalmente solo.

 Así, Lupercus colocó un viejo tronco atado transversalmente sobre una enorme palmera formando una cruz como señal en caso de que algún barco navegara cerca, y paso sus días nadando en la laguna y bajando cocos para comer, así como calentándose en las noches con una fogata sin ningún otro quehacer hasta que pensó que se volvería demente por la soledad. Justo entonces, y sin saber cuantos días habían pasado porque había dejado de contarlos, escuchó un chapoteo en el agua una noche de luna llena.

 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo