Izan
—¡Di la verdad de una maldita vez!— una ola de poder me atravesó.
¿Yelena había dado una orden Alfa?. Sabía que había Alfas que tenían ese poder al igual que yo tenía el de curar a mi pareja.¿Tendría Alfa Dereck ese don y su hija lo había heredado?. Tenía que investigarlo.
De un momento a otro Decon empezó a respirar entrecortadamente.Parecía que estaba manteniendo una lucha interna.Por lo que sabía, si te daban una orden Alfa no podías evitar decir la verdad.
—Yo...yo... Le tendí una trampa a mi hermano, Alfa Dereck.Lo invité a él y a su familia a comer a mi casa y los drogué.A él lo maté sin que tuviera ninguna oportunidad de defenderse.Luego fui a por su Luna, que estaba embarazada y a por su primogénita.A la mujer le había puesto en la comida varias drogas ya que era una bruja y no sabía cuál le haría efecto.Estaba muy debilitada y fue muy fácil someterla.La mocosa, sin embargo, no probó la comida y no paraba de llorar.Era una pequeña de un par de años que apenas empezaba