Yelena
Por un momento pensé que el Alfa me iba a besar y, siendo sincera, me sentí un poco decepcionada cuando no lo hizo.Luego me susurró en el oído y todo mi cuerpo se estremeció.Mis barreras estaban cediendo y no creía poder mantenerlas por mucho más tiempo.
Comimos el desayuno que había preparado y me sorprendió lo rico que estaba todo.Cuando estábamos terminando nuestro pequeño entró frotándose los ojos.
—Buenos días,¡Papi!¡has dormido aquí! —en cuanto vio al rubio mayor se abrazó a sus piernas.
—Lo haré de vez en cuando.Nos lo tomaremos con calma, ¿vale? —dijo el Alfa alborotándole el cabello a su mini clon.
—Pero yo quiero que vivamos todos juntos —mi hijo frunció su pequeño ceño y se sentó en una silla con sus bracitos cruzados.
—Mi vida, tu padre no puede dormir todas las noches en un sofá.
—Ya lo sé, mami, pero él puede dormir contigo en tu cuarto.Debeis dormir juntos, es lo que hacen los papás.Además, tu cama es muy grande.Cuando tengo pesadillas y duermo contigo sob