Yelena
Llegamos a la siguiente ciudad y tal como había planeado compré un ticket para el próximo autobús con el destino más alejado.Lo que no tenía planeado era tener una acompañante.
—El olor del perfume se está evaporando, será mejor que te tomes esto —Sabrina me ofreció un botecito que sacó de su mochila —.Con que bebas un traguito es suficiente.
—Por eso tu olor es igual al de los humanos —bebí un poco del líquido que sabía muy dulce y luego le di un trago a un refresco que me había comprado junto con un sándwich.El sabor me dio arcadas.
—¡Exacto! .Te recuerdo que a mí también me persigue un Alfa, lo primero que habrá hecho será rastrear mi olor.También me he cambiado el color del pelo.
—¿Con un hechizo? —esta mujer era alucinante .
—¡No!,con un tinte de los humanos.Tienenuna enorme variedad de colores.La próxima vez me pondré pelirroja.
Nuestro autobús abrió las puertas y nos metimos las primeras.Este viaje era de ocho horas y sería el último ya que intentaría establecerme en la